Una ruptura amorosa nos sumerge en un universo de desasosiego y fragilidad. A menudo reabre viejas heridas sin cicatrizar y representa una herida aún más grande narcisista. Abandonado, o abandonada, te sientes miserable y, en algunos casos, buscas excusas; tu moral disminuye y no dejas de darle vueltas a tus propios defectos. En otros, recuerdas los momentos más felices de tu bonita historia de amor.
Pero, enfrentar el ser “dejados”, significa enfrentar esa pérdida y pasar por un periodo de duelo. Todo se nos nubla, perdemos el apetito, las ganas de seguir y se nos derrumba nuestro amor propio. Vienen las lágrimas (una recomendación es hacerlo siempre en privado y no en público ya que resulta bochornoso).y nos hacemos mil preguntas a las cuales no siempre solemos encontrarles respuesta o siquiera acercarnos a las mismas, peor aún si hemos sido reemplazados por otra persona no sabemos que hicimos mal y podemos llegar aislarnos socialmente con tal de evitar la realidad.
Nadie esta libre de ser “dejado” en el transcurso de su vida, cada historia de amor es única por ello no podemos apoyarnos en la sonante “experiencia” porque de nada nos vale, tranquilamente nos pueden romper el corazón más de una vez.
Y es que el amor en todas sus formas es quizá el sentimiento más intenso y díficil que llevamos dentro, por ello en el momento de una ruptura las emociones son tan intensas que nos hacen perder la perspectiva y no conseguimos ver que está pasando en realidad. No podemos reclamar a la otra persona, porque ya uno no tiene derecho en esa relación, lo que se podría hacer es saber interpretar que la relación se acabó sin maltratarnos emocionalmente ni buscar culpables.
Una buena forma de poder superarlo es crear un abismo de tiempo y distancia, con el fin de no tener roces y conflictos con la ex pareja. Tampoco es recomendable enrollarse afectivamente con otra persona al poco tiempo, solo tener encuentros casuales o recurrir a un follamigo.
También es muy importante hacernos una introspectiva para reconocer aquellas habilidades positivas que tuvimos en el inicio de la relación y que se pueden mantener hasta cuando la relación termina. Eso garantiza que en cierta medida la relación no termine del todo, solo cambie de rumbo. Aún así es mejor no crearse expectativas y dejar de pensar que nuestras vidas depende de solo una persona que nos puede amar, porque ya no existe amor y cuando éste se pierde, no vuelve.
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