El ano siempre ha sido objeto de muchas incógnitas. Por ello muchas mujeres heterosexuales suelen preguntar, ¿Si a un hombre le gusta la estimulación anal, hay razones para sospechar que es gay? Quizá ese pensamiento se deba a que muchas mujeres ven en el ano, solo un sucio y oscuro músculo excretor que no se atreverían por nada explorarlo. Pero se hacen un lío cuando se dan cuenta que a sus parejas masculinas les encanta sentir placer en esa zona. Pero en realidad no hay razón para alarmarse, ya que es la preferencia por miembros del propio sexo a la hora de seleccionar parejas sexuales lo que define a un hombre como homosexual y no el tipo de estímulo que le agrada. En el caso de las parejas homosexuales, tampoco implica las definiciones de comportamiento sexual de sus miembros, dígase, si sé es más activo, versátil o pasivo.
En nuestro cuerpo, el ano y los genitales proceden de la misma estructura embrionaria, por tanto no nos debe extrañar que también tenga terminaciones nerviosas que lo convierte en una zona sensible donde también se canalizan sensaciones eróticas. Por ello a muchos hombres les gusta acariciarse a solas la zona anal, aunque les cueste manifestarlo a sus respectivas parejas, cuando lo mejor es decirlo abiertamente. Además de pedirle a su pareja que sea estimulado analmente, ya que es una de las tantas zonas erógenas que posee.
Aunque los hay también, que van más allá y les gusta que a ese estímulo se añada el de la penetración del ano con algún objeto o con el dedo. Mejor aún si se produce de forma externa con los labios y luego internamente con la lengua. Práctica mas que conocida como rimming. Eso les resulta placentero y les hace sentirse vulnerables y receptivos ante su pareja.
Aunque los hay también, que van más allá y les gusta que a ese estímulo se añada el de la penetración del ano con algún objeto o con el dedo. Mejor aún si se produce de forma externa con los labios y luego internamente con la lengua. Práctica mas que conocida como rimming. Eso les resulta placentero y les hace sentirse vulnerables y receptivos ante su pareja.
Pero también existen hombres homosexuales como heterosexuales como que la estimulación anal no les produce ningún tipo de placer. Les incomoda y mucho. Y es que, el universo corporal de cada ser humano es único y solo se descifra al entrar en confianza con la persona con quien se comparte ese momento íntimo. Eso es importante para no cometer errores que apague el deseo en la intimidad. Existen pues:
- Hombres con mayor sensibilidad erótica en su ano que otros.
- Hombres a los que les gusta recibir estimulación en el ano más que a otros.
- Y hombres que les gusta dar estimulación en el ano a su pareja más que otros.
Muchos no descubren dicho placer por su propia voluntad y puede que en medio del jugueteo sexual con la pareja se desarrolle. Y no se trata de que la pareja vaya directamente a acariciaros el ano si acaso no estáis “familiarizaros” con dicha practica; simplemente que dicha zona erógena se encuentra dentro del punto de división de las dos masas musculares -nalgas- que forman el culo. Y ya todos sabemos el poder que tiene un formado buen culo y lo placentero que puede resultar acariciarlo por toda su forma y espacio.
Aún así, sigue habiendo hombres (heterosexuales, homosexuales activos y bisexuales) que sienten reparos en expresar sus deseos ante la estimulación anal por temor a que sus parejas femeninas y/o masculinas lo tomen de forma negativa o simplemente por machismo puro y duro. Otros pueden rechazarlo por cuestiones higiénicas. Sin embargo esto no debe ser motivo para renunciar a ese tipo de caricias, basta con tener una buena higiene personal antes de intimar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agrega Comentario¡¡¡