lunes, 14 de noviembre de 2011

Bisexualidad: hacia el sol y la luna…

La incomprensión: ¿cómo una persona puede ser tan inmadura como para no definirse sexualmente?, por ahí he escuchado en alguna cena o reunión donde surgen temas tan polémicos y donde aflora la ignorancia de nuestra propia sexualidad.

La bisexualidad es el sexo intermedio, y el punto de mayor ambivalencia dentro de la sexualidad humana, tan extensa y oscilante.

No es que la persona sea indefinida, pero puede llegar a pensarlo cuando no sabe que pasa dentro de ella, cuando no asimila porque mira y siente cierta fascinación por un hombre y una mujer a la vez y no sabe qué explicación darse a sí misma, cuando en la adolescencia o en edad adulta ronda por su mente este perfil. Al igual que en la homosexualidad hay puntos por definir en la bisexualidad, la lucha interna puede tardar años en lo que se define el porqué de la atracción que experimentan por un hombre y una mujer.

El ser bisexual no es aquél que ha tenido contacto sexual con los dos sexos, o aquellos que han experimentado algún menage o “trío”, porque quizá sean aquellos heterosexuales liberales y curiosos…

El bisexual mantiene constantemente relaciones amorosas con ambos sexos.


El ser bisexual es un destino especial y complejo a la vez, pero no complicado, si se comprende. Es el poder amar al universo, a través del amor erótico por un hombre y por una mujer al mismo tiempo, no del amor universal de “ama a tu prójimo…”, sino de ese amor especial de pareja, recíproco.

Es también un destino indistinto que se puede tornar difícil, sino hay comunicación y aceptación, para un proyecto de vida: Los bisexuales viven su preferencia en la oscilación amorosa, sexual y erótica.

Hay personas bisexuales que no se asumen y creen ser homosexuales casados y mantienen otra relación con alguien de su mismo sexo, probablemente sean bisexuales, y así muchos, dentro del matrimonio viven su bisexualidad, pero lo de siempre, los prejuicios y la falta de información ha llevado a muchos de ellos a vivir así.

El ser bisexual se enamora, siente atracción emocional y sexual por él y ella, en el fondo quieren vivir con un hombre y una mujer, es así el perfil bisexual, no es que sean una bola de degenerados, ellos poseen un microchip definido a ambos sexos, su máxima armonía finalmente sería compartir la vida con tres o cuatro personas, tomando en cuenta su necesidad afectiva masculina y femenina y por supuesto todos bisexuales dispuestos a un proyecto de vida así.

Otra versión que es frecuente en la bisexualidad es que, un hombre sienta atracción primero hacia otra hombre y dentro de determinado tiempo, unos 3-6 meses tal vez, su atracción o polaridad se va hacia las mujeres. Como en la mitología que algunos dioses vivían una temporada con un ser amado y en la otra regresaban a sus labores cotidianas.

La bisexualidad oscila: una mujer primero gusta de los hombres aunque conecten a la vez emocionalmente con otras mujeres o un hombre se identifica más con ellas, aunque le encanten otros hombres.

La preferencia emocional es la que define esa ambivalencia, ese oscilar en la vida de una persona, es la bisexualidad, no es que sea promiscuo aquel hombre que de pronto se agarra a besos con otro hombre en su intimidad y por la noche se va con la novia a divertir.

Ser gay, lesbiana o bisexual es un destino y una definición tan profunda, como la de la heterosexualidad…

Ojala antes de juzgar la intimidad del otro, aprendamos y pensemos como seres abiertos a la diversidad y nunca pasemos por alto que antes que la preferencia sexual, antes que cualquier otra cosa, lo más importante es la persona y merece el valor universal del respeto.

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