Hay quienes dicen que “uno y uno es igual a tres”, para referirse a que el amor entre dos no existe, “siempre hay un tercero”. El tercero en una relación se define como esa persona que está consciente de que convive con un hombre que tiene su esposa o pareja.
Pero, ¿es una decisión ser tercero en una relación?, para Nancy Álvarez, ser tercero no es una decisión porque a nadie le gusta ser plato de segunda mesa, ni comerse las migajas, pudiendo comerse el pan entero.
“Nadie decide de quién se enamora ni por qué se enamora, pero, como dice mi gran amigo el doctor Vicente Vargas: para que el amor funcione, amarse no es suficiente”, indica la sexóloga, quien además asegura que el tercero en una relación es un peligro todo el tiempo, ya que no es lo mismo una aventura de una noche, que una relación de años donde hay un vínculo de afecto sólido.
Ser tercero en una relación perjudica, porque la persona puede llegar a obsesionarse, a tener una dependencia emocional y convertirse en chantajistas.
El tercero es una persona que se valora poco, porque si fuera lo contrario no estuviera en medio de una relación y buscaría tener algo estable. Pero, “la infidelidad es una epidemia cada vez mayor y existe desde la época de Cristo. ¿Sabes por qué? Porque nadie nos educa para amar, las cosas más importantes de la vida las aprendemos a golpes, por fracasos y lágrimas. De ahí mi pasión por educar a millones de personas”, indica la conductora de “¿Quién tiene la razón?”.
De su lado, Valera sostiene que cualquiera que fuere la situación, ningún tercero tiene derecho a ser juzgado o etiquetado como una persona sin moral. “Nosotros no estamos para juzgar a nadie, porque si no el trabajo como psicoterapista no sería correcto. Tratamos de hacerle entender al tercero que está cometiendo un error que puede dañar su vida. No soy Dios para juzgar”, asegura.
¿Hay un tercero en su relación?
Son muchas las señales que -inconscientemente- presenta un hombre o una mujer cuando es infiel: Valera especifica que las señales dependen del estado que tenga la pareja original, porque a veces llevan una vida bajo el mismo techo, pero viven totalmente desconectados uno del otro y cada quien hace lo que le da la gana.
Quienes llevan un matrimonio “normal” deben tomar en cuenta las entradas y salidas de la casa y si su pareja disminuye el tiempo de interactuar con la familia.
Sin embargo, Álvarez señala que siempre se sabe cuándo hay infidelidad. “Lo que pasa es que casi nunca quieren reconocerlo. Nadie puede estar en una relación de tres sin que se note, pero el inconsciente se encarga de que seamos sordos y ciegos selectivos y nos deja ver y oír sólo lo que queremos o nuestras emociones pueden manejar”, expresa la doctora.
Cuando ya se sabe que hay un tercero, es común que la convivencia del matrimonio sea insoportable. “Si vienen a consulta pregunto a la pareja: ¿qué tú buscas en esa relación?, trato que la persona mire su yo por dentro y se valore”, agrega Valera. Según Fidel Valera,
PERFILES DE LOS TERCEROS
Según Fidel Valera, hay quienes deciden ser terceros por interés, por lo general de tipo material. Otros son terceros por una situación de su vida que le haya marcado como un divorcio.
Se da el caso de quienes saben que nunca la relación primaria terminará y que nunca se convertirán en la esposa o la pareja oficial.
Existen los terceros que no le dan importanciala a la relación primaria de la persona con quien comparten, porque no les interesa.
De su lado, Nancy Álvarez manifiesta que un tercero puede convertirse en primero. “Los estudios dicen que sólo un 10% de los hombres que tienen una amante se casan con ella”, dice. La infidelidad es un síntoma de la pareja y de los individuos envueltos en ella. “Cuando dos están bien, no cabe un tercero”, asegura.
Álvarez sostiene que lo más conveniente para el tercero es salir corriendo de ese triángulo amoroso. Si no puede solo, debe buscar ayuda profesional.
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